Actividad
Deportiva el pasado 23 de Marzo de 2013.
Lorena[1] había
estado toda la semana ensayando en su casa y en las calles del barrio para ganar esta carrera atlética, ella
siempre ha deseado subir a la tarima del colegio y recoger una medalla, por eso
esta vez se preparó para lograr un triunfo, me había pedido que le tomara fotografías
desde que llegó ese viernes
hasta que recibiera su premio
y así contar su historia, poder subirlas a la red social y con orgullo
mostrar su alegre sonrisa en la portada de su cuenta.
La preocupación no era si Lorena lograba ganar, sino todo el
proceso que había que cubrir, muchas actividades alrededor del atletismo,
iniciando por los uniformes, la identificación, los puestos de control, los
docentes en cada sitio, el clima de ese día, tantos atletas para retratar sus
rostros, sus miradas, sus expectativas y con el seguimiento constante de Lorena
para que quedara todo registrado.
Ese día un profesor
desde sus creencias religiosas había planteado que todos los viernes de dolores
(dos días antes del domingo de ramos, semana santa) siempre llueve, así había que prepararse para el aguacero en medio de la carrera atlética
que harían los estudiantes, era mejor aplazar la fecha, pero ya todo estaba organizado y era necesario empezar a correr, tener listas las banderas, las medallas, el uniforme, la cámara fotográfica, el ánimo para conocer qué pasaría y cuáles eran los mejores atletas del colegio. Y las ideas de Lorena, una niña que no podía aplazar su triunfo por la lluvia o por el sol, era importante fijarse un plan de trabajo que permitiera captar la sonrisa, los llantos, los ánimos, los invitados, los curiosos, las historias detrás de la gama de sonrisas y alegrías que se generaban en esta carrera por ser el mejor o la mejor.
[1]
Lorena representa las expectativas de todos los estudiantes.
El encuentro deportivo inició, todos los estudiantes estaban
animados para ganar, comenzó entonces la actividad y una leve lluvia mojó el
piso, bajó la temperatura y los
participantes subieron a los salones a preparar sus insignias y como Lorena deseaba ganar se quedó en el patio
practicando y adaptarse al clima, así al poco tiempo sonó la música, todos
nuevamente al patio central y dar inicio al recorrido.
Ese día no llovió mucho tiempo, el clima a 2600 metros sobre
el nivel del mar cambia constantemente, hace sol, llueve, hay nubes, se ve la
luna, en fin… Lorena quería ganar y caminó hasta el lugar de encuentro. Después
de 1 hora de organización por grupos,
edades, genero, comenzó la carrera, en algunos tramos había llovido, en los
sitios de los docentes todo estaba listo, las banderas rojas no indican que se haya llegado sino
que se entusiasma a la gente. Lorena no
empezó de primera, esta fijándose en las plantaciones, en el sector de Funza que
no conocía, en lo bucólico que parece el
paisaje, en los demás, en las conversaciones, en los rostros que tienen para ganar, en la sorpresa
de quien llegará primero.
Muchas fotografías recuerdan este día, cada una cuenta una
historia, un instante capturado que señala esta actividad como una de las
más alegres, mejor vividas, desde las
caídas, los desmayos, la tristeza de llegar de segunda, la sonrisa de recibir una medalla y hasta el
sonido que hace gritar para ser
escuchados. En esta oportunidad Lorena corrió bastante, una estudiante de 11
grado la pasó, otra de noveno, una de décimo, ella se percató que ya no lograba
ser la primera, pero disfrutó esta actividad, sonreía siempre, llegó entre las
últimas pero sintió que la carrera antes de semana santa es una
institucionalidad del colegio, es una oportunidad para correr, caminar, alegrarse, verse desde otras
competencias y la integración que se
vivió en el colegio solo la hizo aplaudir fuete al pasar todos los que
recibieron medallas.
Endri Martín Torres Romero.
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